Aunque puede que no estemos muy familiarizados con su nombre, el gel de sílice es un producto muy presente en nuestras vidas. Por ejemplo, es común encontrarlo dentro de pequeñas bolsitas de papel transpirable en nuestras cajas de zapatos o en nuestros bolsos.
A pesar de que no conocemos su finalidad, solemos ignorarlas o tirarlas directamente. El gel de sílice es una forma granular y porosa de dióxido de silicio fabricado sintéticamente a partir del silicato sódico, un compuesto de vidrio soluble.
En este sentido, la porosidad de este material garantiza que el producto llegue en perfecto estado a su destino, pues nunca se sabe cómo va a ser trasladado o conservado.
No obstante, los fabricantes recomiendan que las retiremos de nuestros bolsos o carteras una vez que estrenamos el producto, pues las bolsitas son frágiles y se pueden romper.
Un poco de historia sobre el gel de sílice…
El gel de sílice se conoce desde 1640 en la comunidad científica. Sin embargo, a pesar de que sus usos anteriores fueron variados, fue patentado por el profesor de química Walter A. Patrick allá por el año 1919.
Por ejemplo, este producto había sido usado con anterioridad en las crueles cámaras de gas de la Primera Guerra Mundial, donde se usaban para la absorción de gases y vapores.
Como curiosidad, en la Segunda Guerra Mundial, el gel de sílice fue utilizado para mantener la penicilina seca y en buen estado. Por esta razón debemos agradecerle la salvación de muchas vidas.
¿Qué otros usos podemos darle al gel de sílice?
El gel de sílice es un producto desecante que puede reciclarse y usarse para muchas cosas en nuestro hogar.
Es necesario que sepamos que este gel en sí mismo no es tóxico, lo que ocurre es que pueden agregarse a su composición ciertas toxinas como el cloruro de cobalto para potenciar su efecto, lo que sí que sería perjudicial.
No obstante, las perlas que suelen llegar a nuestros hogares tienen un color trasparente o blanquecido, mientras que el color de las tóxicas es azul y se tornaría en rosa al hidratarse. De todas maneras, cuando las bolitas contienen este producto, las bolsas llevan un aviso de su toxicidad. Veamos a continuación qué opciones nos brindan:
Secado de flores
Imagínate que tienes una flor preciosa y maravillosa que quieres conservar, bien sea por su significado o por su belleza. Para esto, puedes cubrirlas con el gel de sílice. Asegúrate de que quedan totalmente sumergidas y espera 2 o 3 días (nunca más de 5).
Para mantener la plata en buen estado
Como ya sabemos, la plata tiende a ennegrecerse con la humedad del ambiente. Esto lo podemos evitar colocando una bolsita de gel de sílice en el interior de nuestro joyero.
Para proteger nuestras fotos del paso del tiempo
Las fotografías en papel pueden deteriorarse con el paso de los años. Esto puede evitarse con una bolsita de gel de sílice.
Para prevenir el mal olor de las bolsas mojadas
Cuando vamos a la piscina, a la playa o al gimnasio, metemos ropa húmeda en el interior de nuestras mochilas, lo cual puede generar mal olor dentro de ellas. Para evitar esto, podemos colocar una bolsita de gel de sílice en su interior.
Para conservar las piezas metálicas
La humedad actúa en el metal creando una capa de óxido que deteriora y destruye estos instrumentos. Basta con poner una de estas bolsitas en el interior y evitaremos que esto suceda.
Almacenar semillas
Las semillas pueden enmohecerse con la humedad, lo cual lograremos evitar si las guardamos junto a estas bolsitas.
Para secar nuestro teléfono móvil
- A veces nuestros aparatos electrónicos se mojan. En estos casos solemos meterlo en arroz; sin embargo, puede que el objeto quede lleno de un polvillo un tanto incómodo. Las bolitas de gel de sílice vienen a cumplir la misma función, absorber la humedad que ha quedado adherida al aparato.
Otros usos
- Para evitar la condensación dentro de nuestro coche bastaría con incorporar una bolsita de gel en el auto.
- Las arenas para los gatos se fabrican actualmente con sílice, dado su potente efecto absorbente.
- También podemos usarlas para conservar la comida en perfecto estado sin que se humedezca, siempre y cuando no tengamos aviso sobre su toxicidad. No obstante, cabe destacar que nunca debemos ingerirlas.
- Proteger las lentes de nuestras cámaras y que no se estropeen.
Por estas razones, es aconsejable que conservemos estas bolsitas y las reutilicemos pues, como veis, tienen un sinfín de usos que pueden rescatarnos en más de una ocasión.