En algún momento, todos nos hemos sorprendido por el hambre, a veces voraz, que sentimos en la playa. ¿A qué se debe que nuestro apetito se active cuando disfrutamos del Sol y del mar?
La práctica deportiva
Podemos ir a la playa solo a tomar Sol, darnos un chapuzón y compartir con los amigos. Todos lo hemos hecho y es de lo más agradable, simplemente estar sentados o tirados, charlando frente a la brisa y la relajante extensión azul del océano. Pero frecuentemente aprovechamos también el viaje a la playa para practicar algún deporte.
Nos llevamos los discos para ejercitar nuestras destrezas en el frisbee o ponemos en la cajuela la escafandra y las aletas de nadador para bucear un poco. Ponemos sobre el techo del auto la tabla para surfear o simplemente nadamos un rato, que es lo más práctico, porque lo único que necesitamos es el bañador. En todos los casos estaremos quemando calorías y el organismo exige su reposición avisándonos mediante el gusanillo del hambre.
Comer y beber solo por el hecho de estar reunidos
Cuando nos reunimos con amigos en la playa, dejamos atrás las preocupaciones y nos relajamos. Estamos ya felices antes de partir, alistando el bolso y preparando la heladera con las bebidas favoritas. Pero incluso si no llevamos nada (salvo el bañador y el bolso) el hecho de encontrarnos con personas que nos agradan invita a comer y a beber algo. Simplemente, losestados de ánimo gratos o festivos abren el apetito e incluso nos llevan a despreocuparnos por algún exceso que quizá lamentemos al día siguiente.
Los adultos frecuentemente consumen su bebida alcohólica preferida en la playa, por lo generalcerveza, que es la favorita de los jóvenes. El alcohol ocasiona una sensación de apetito, aunque ya sabemos que su consumo inmoderado afecta la salud. Sin embargo, cuando estamos en casa un domingo y sentimos sed, tomamos agua; pero si estamos en la playa, es frecuente que prefiramos una cerveza.
Sal, calor y deshidratación
El mar y la playa son ambientes salinos. A veces, sin querer, cuando nos bañamos, tomamos un pequeño buche de agua salada. El cloruro de sodio siente una enorme avidez por el agua. Cuando consumimos sal, el organismo se deshidrata. También, la deshidratación puede venir por el Sol y el calor de un ardiente día de verano.
Cuando el organismo se deshidrata, crea una sensación de hambre y si estamos en la playa, no nos privamos de comer y de beber. Lo importante es que lo hagamos siempre con moderación.
¿Conocías todas estas razones por las que sientes tanta hambre en la playa? ¿Ya tienes a mano tu bañador?.