Existe una teoría psicológica que indica que estos dolores aparecen como una somatización por problemas emocionales no resueltos.
Se trata de dos afecciones muy similares que provocan dolores y falta de movimiento en la espalda. Cada vez son más los pacientes que consultan por esos problemas, debido a los esfuerzos o bien por estar sentados mucho tiempo sin moverse. Conoce en este artículo qué es la ciática y el lumbago y cómo puedes tratarlos.
La ciática: qué saber
La irritación del nervio ciático, más conocido como “ciática” provoca dolores en la parte baja de la espalda. Este dolor se extiende por la parte de atrás de las piernas y puede llegar hasta la punta de los pies.
Se trata de una de las consultas más frecuentes en los adultos, sobre todo en los hombres de mediana edad que tienen empleos muy sedentarios como el de oficinista. El dolor puede durar días, semanas o hasta años y no permitir libertad de movimientos.
La “ciática” se produce al comprimirse el nervio ciático debido a un movimiento, a levantar mucho peso o simplemente por dejar la espalda en una misma posición durante horas y horas a diario. Las raíces de este nervio comienzan en la médula espinal y salen a través de las vértebras, bajando por detrás de los glúteos y hasta el borde externo del pie.
Algunas de las causas más frecuentes de la ciática son:
-Hernia de disco vertebral.
-Estenosis del canal lumbar.
-Síndrome pirifiorme.
-Fracturas.
-Tumores.
-Enfermedad de Paget.
-Embarazo.
Los síntomas de esta dolencia son:
-Estenosis del canal lumbar.
-Síndrome pirifiorme.
-Fracturas.
-Tumores.
-Enfermedad de Paget.
-Embarazo.
Los síntomas de esta dolencia son:
-Dolor que varía de intensidad según el movimiento.
-Imposibilidad de moverse con libertad, por ejemplo, para levantarse de la cama, atarse los cordones o levantar algo del suelo.
-Alteraciones en la sensibilidad de la piel.
-Debilidad muscular.
-Falta de reflejos.
-Cojera al caminar.
-Imposibilidad de moverse con libertad, por ejemplo, para levantarse de la cama, atarse los cordones o levantar algo del suelo.
-Alteraciones en la sensibilidad de la piel.
-Debilidad muscular.
-Falta de reflejos.
-Cojera al caminar.
La lumbalgia: qué saber
La gran mayoría de las personas han sufrido de lumbalgia al menos una vez en la vida. También llamada “lumbago”, es un dolor en la zona del torso, más precisamente desde donde terminan las costillas hasta donde finalizan losglúteos.
Se trata de la principal causa de invalidez y la sufren más las personas entre 20 y 45 años. Se va intensificando a medida que se envejece. La columna vertebral se compone por diferentes huesos (vértebras) que se separan por unos discos de cartílago que amortiguan los choques o movimientos. A su vez, las vértebras se recubren de una fina capa de cartílago y se mantienen en su lugar por músculos y ligamentos.
La parte lumbar es el sector inferior de la espalda y consta de cinco vértebras, que conectan el tórax con la pelvis y las piernas. Nos permite girar, movernos, agacharnos e inclinarnos y nos da la fuerza para levantarnos, caminar, correr y estar de pie. Cuando se sufre de lumbalgia se siente dolor al hacer cualquiera de estas actividades.
Existen dos tipos de lumbalgia: la específica y la inespecífica. En la primera se conoce la causa de su aparición, algo que sucede en el 20% de los casos. Algunas de las razones por las que se desencadena el problema son: la osteoartritis (artritis degenerativa), la osteoporosis, la hernia de disco y la estenosis vertebral. En el caso de la lumbalgia inespecífica, el 80% restante de los pacientes, no se sabe el origen del dolor. Los factores que la desencadenan con más frecuencia son levantar cargas muy pesadas, elestrés, las posturas incorrectas repetidas o factores psicológicos, entre otros.
Otra clasificación para la lumbalgia se basa en el tiempo que se mantiene el dolor: aguda (de menos de 7 días de duración), subaguda (de 7 días hasta 7 semanas) y crónica (más de 7 semanas).
¿Cómo se pueden tratar la ciática y el lumbago?
Según la medicina tradicional china, los problemas de ciática y lumbalgia también afectan los riñones y la vejiga y lo atribuyen al consumo excesivo de carne, picantes y alcohol, entre otros. Existe una teoría psicológica que indica que se trata de una somatización por problemas emocionales no resueltos como, por ejemplo, la falta de trabajo, el abandono, el divorcio, la pobreza, etc.
Pero más allá de determinar qué es lo que puede estar causando estos dolores en tu espalda y piernas (según el caso), es bueno conocer varias soluciones o tratamientos. Los más eficaces y naturales son:
Realizar masajes
Coloca en un recipiente aceite de almendras o aceite esencial de hipérico, mezclado con esencia de romero y extracto de árnica, todo en la misma proporción. Se masajea desde la planta del pie y se sube hasta la parte baja de la espalda. Así el cuerpo se va calentando y relajando. Para que la técnica sea aún más eficaz, se recomienda continuar con los masajes en todo el cuerpo, sobre todo en los omóplatos, hombros y nuca.
Acudir a terapia
En el caso de que el dolor esté producido por un problema emocional o psicológico, debemos acudir un terapeuta. Esto aliviará los dolores, ya que el paciente se sentirá más aliviado al hablar de los problemas, traumas y temores.
Hacer ejercicio
Ciertos tipos de movimientos o disciplinas, como es el caso del yoga, el taichi, la natación, el pilates o el aquagym pueden ayudar a mejorar el cuadro. Siempre es bueno realizar el ejercicio hasta donde el cuerpo “empieza a quejarse”, sin forzarlo demasiado. No debemos olvidar el calentamiento previo y la elongación final.
Estar en movimiento
No se aconseja estar en exceso de reposo ni tampoco quedarse quieto en una misma postura durante muchas horas seguidas. En el trabajo, levántate cada una hora y da un “pequeño paseo”, por ejemplo.
Aplicar calor
Si no tenemos a nadie que nos pueda hacer masajes o no tenemos dinero para pagar a un especialista, una buena idea es colocar una almohadilla eléctrica en la zona dolorida durante media hora, mientras miramos televisión, leemos o charlamos con alguien.