Debemos poner en una balanza lo bueno y lo malo que nos aporta nuestra pareja por si, llegado el caso, tenemos que valorar qué nos compensa más.
A veces tenemos sospechas de que nuestra pareja está traicionándonos y jugando nuestra confianza. Puede que solo tengamos pequeñas pistas que nos dan que pensar, que nuestra pareja lo niegue todo o que, simplemente, sintamos que algo no va bien y eso nos angustie.
Sin embargo, es complicado tener una absoluta certeza si no nos encontramos ante una situación evidentemente comprometida o si no nos lo confiesan.
A continuación, vamos a tratar de arrojar luz sobre este asunto con algunas pinceladas que te pueden abrir los ojos sobre lo que está ocurriendo. No obstante, es importante destacar que nada de lo que explicamos en este artículo puede darnos una respuesta definitiva.
Por eso tenemos que ser especialmente cautos y no extraer conclusiones precipitadas sobre la posible o imposible infidelidad de nuestra pareja
1. Una obsesión repentina por el móvil o las redes sociales
Aquí hay dos factores importantes que tenemos que valorar antes de nada. En primer lugar, puede que nuestra pareja tenga un problema deadicción al móvil o a las redes sociales y que tengamos que ayudarle a superarlo.
Por eso, hay que analizar si la necesidad por la conexión constante ha sido repentina o ha comenzado de manera gradual.
El hecho de que detrás de un uso excesivo pueda esconderse infidelidad guarda relación con un exceso recelo y ocultismo. Basta con observar si lleva su teléfono encima en todo momento, si controla y chequea constantemente sus mensajes y sus llamadas, si borra los registros o usa su teléfono a horas intempestivas.
No obstante, hay que señalar que por nada del mundo debemos revisarle el móvil o las redes sociales a nuestra pareja aunque estemos casi seguros de su infidelidad, pues esto supondría un quebranto total y absoluto de su intimidad y de nuestra confianza.
2. Hay una parcela de su vida en la que no te deja participar
De repente, tu pareja tiene una nueva y asombrosa afición que antes no tenía y te es imposible comprender cómo ha llegado hasta ahí y por qué no quiere compartir contigo absolutamente nada que tenga que ver con el tema.
En este caso, hay que ser cautelosos y comprender que su recelo puede ser una forma de reclamar un espacio personal e íntimo.
Por esta razón, es necesario examinar detenidamente lo que le puede llevar a ello y nunca tomarlo como una señal inequívoca de su infidelidad. Vale la pena recordar de nuevo que no hay nada que nos garantice al cien por cien que están traicionándonos.
3. Cada día tiene nuevas reuniones u obligaciones
Este tipo de cosas son las que primero nos hacen oler que algo va mal. Si tu pareja empieza a tener reuniones fuera de su horario laboral o académico con demasiada frecuencia es normal que sospeches.
Si en cada una de estas ocasiones, te detalla al dedillo lo que ha hecho o los lugares a los que ha ido, es probable que no esté hablando con naturalidad. Como reza el dicho: la excusa que se da sin una petición previa manifiesta la culpabilidad.
De todas formas, volvemos a recordar que no siempre sucede así ni hay que tomarse esto como la confirmación que estamos buscando.
4. Encontramos entre sus ropas o en su cuerpo marcas de besos, pelos, objetos ajenos, etc.
Las pruebas físicas siempre destacan una mayor evidencia sobre una infidelidad o cualquier otra cuestión. Observar y controlar la existencia de estos indicios puede aportarnos una prueba irrefutable que nos ayude a confrontar con nuestra pareja la situación.
5. De repente, nuestra pareja está más segura de sí misma
Las nuevas relaciones suelen proporcionar un soplo de aire fresco a nuestraautoestima y nuestra autoconfianza. Por eso, si a tu pareja le ha dado de pronto “un subidón” y no la reconoces en sus actos, puede ser un motivo de sospecha.
De todas formas, esto no tiene por qué ser malo en sí mismo. No obstante, cuando este indicio se une a otros tantos de los que venimos comentando, puede estar indicándonos que hay una tercera persona.
6. Cuida su aspecto de forma repentina
Este punto está unido con el anterior. Puede que nuestra pareja empiece a cuidarse o se arregle mucho, de repente, cuando antes no lo hacía. Esto puede deberse a que le apetece, a que algo le hace tener esa necesidad, a que quiere estar guapo o guapa para ti o que te está poniendo los cuernos.
Por lo tanto, aunque puede ser signo de infidelidad, de nuevo no podemos sacar conclusiones precipitadas de este indicio en concreto.
7. Renueva sus cuidados hacia ti
Puede que tras unos cuantos años de rutina vital y sexual, tu pareja te sorprenda con nuevos intereses y con una dedicación especial hacia tu persona. Es posible que esto obedezca a las ganas de tu pareja por renovar la relación o a que ha aprendido nuevas cosas fuera, por ejemplo.
¿Qué hay detrás de la infidelidad?
Como hemos venido comentando, a pesar de que estos y otros comportamientos pueden ser indicativos de que hay otra persona en la vida de nuestra pareja, también puede que ninguno de ellos obedezca a un engaño.
Por eso, volvemos a repetir que hay que ser especialmente cautelosos y no dañar innecesariamente la imagen que tenemos de él o de ella.
En primer lugar, siempre tenemos que analizar si algo va mal en la relación o no.
Dado que la infidelidad es una de las temas que más interés suscita, numerosos estudios han recopilado información sobre los factores que se encuentran asociados al engaño en la pareja.
Os hemos querido destacar algunos de ellos para que, llegado el caso, los tengáis en cuenta para valorar si romper con todo o solucionar la situación:
-La falta de amor. Es común que, con el tiempo, dejemos de amar a nuestra pareja a pesar de quererla con locura. Esto puede favorecer la idea de buscar a otra persona y ser fiel a uno mismo, a pesar de estar engañando al otro.
-La rutina y el aburrimiento. Con el tiempo, la costumbre deja de entretenernos y podemos tener la necesidad de salir en busca de nuevos estímulos que nos ilusionen. Además, la curiosidad y la inquietud sexual y afectiva pueden favorecer una infidelidad.
-La necesidad de seducción. Hay gente que está encerrada en su vanidad y su narcisismo y que miden su atractivo y su valor según sus conquistas.
-Falsas creencias o creencias egoístas que pretenden justificar la infidelidad: “solo por esta vez”, “nunca he estado con nadie más y tengo que probar”, “no tiene por qué enterarse”, “es solo sexo”, “no voy a perder la oportunidad”, etc.
-Un sistema de valores que no sancione la infidelidad.
-Problemas de comunicación que se esconden y no se resuelven puedengenerar resentimientos que se acumulan dentro de la relación.
-El sentimiento de soledad dentro de la relación por un distanciamiento afectivo y una falta de afecto.
-Falta de satisfacción sexual. Esto suele favorecer la idea de buscar otro compañero o compañera más compatible.
-Expectativas irreales e idealización de la relación de pareja y del otropueden producir grandes decepciones que distancien al uno del otro.
-La rutina y el aburrimiento. Con el tiempo, la costumbre deja de entretenernos y podemos tener la necesidad de salir en busca de nuevos estímulos que nos ilusionen. Además, la curiosidad y la inquietud sexual y afectiva pueden favorecer una infidelidad.
-La necesidad de seducción. Hay gente que está encerrada en su vanidad y su narcisismo y que miden su atractivo y su valor según sus conquistas.
-Falsas creencias o creencias egoístas que pretenden justificar la infidelidad: “solo por esta vez”, “nunca he estado con nadie más y tengo que probar”, “no tiene por qué enterarse”, “es solo sexo”, “no voy a perder la oportunidad”, etc.
-Un sistema de valores que no sancione la infidelidad.
-Problemas de comunicación que se esconden y no se resuelven puedengenerar resentimientos que se acumulan dentro de la relación.
-El sentimiento de soledad dentro de la relación por un distanciamiento afectivo y una falta de afecto.
-Falta de satisfacción sexual. Esto suele favorecer la idea de buscar otro compañero o compañera más compatible.
-Expectativas irreales e idealización de la relación de pareja y del otropueden producir grandes decepciones que distancien al uno del otro.